Author: Ananda
•13:34


Ayer estaba haciendo un repaso de fotos, bueno más que un repaso estaba intentado organizarlas por años, meses y acontecimientos en un pequeño disco duro que tengo en el ordenador para estas cosas.
Revisando fotos encontré una del año pasado, en ella estamos 4 generaciones de mujeres juntas.
Mi abuela, mi madre, mis dos hijas y yo.
Me puse a pensar en la diferencia de vida que llevamos y que mis hijas llevarán cuando sean mayores e independientes.
Hice un repaso mental que ahora quiero escribir aquí.
Mi abuela, está a punto de cumplir 84 años. Su vida yo la calificaría como "sacrificada", sobre todo sacrificada a su marido, mi abuelo.
Era la tercera de 5 hermanas, vivió la guerra civil en un pueblecito pequeño y según me cuenta lo pasó bien, ellos apenas se enteraron, estaban aislados en el pueblecito, tenían muy poco pero con eso vivían bien, todo según mi abuela, claro.
Me cuenta que no pudo ir al colegio pero que tenía amiguitas mayores, que la enseñaron a leer y a escribir, ella tenía esas inquietudes y aprendió, otras niñas y niños de su generación no lo hicieron, nadie les obligaba a ello así que estudió un poco el que quería hacerlo.
Luego cuando la guerra acabó se fue a vivir a una gran ciudad donde aún hoy vive.
Mi abuela se hizo modista, trabajó muchos años para el corte inglés, hasta que se casó.
Me cuenta que la encantaba coser y luego, cuando salía del trabajo, se iba con sus amigas a merendar.
Un domingo en el teatro conoció a mi abuelo.
Me cuenta muy divertida que era muy gruñón, doy fe de ello, y que se casó con él por pesado, porque no paró de pedírselo hasta que ella accedió, pero mi abuela era mucho más de salir y entrar que él y por eso cuando estuvieron casados a mi abuela se la cortaron las alas bastante.
Por aquellos tiempos se fueron a vivir a casa de la familia de mi abuela, no tenían dinero ni para vivir ellos solos de alquiler, y allí fue donde nació mi madre, la segunda generación de la foto.
Luego al cabo de 8 años, sí consiguieron un piso de alquiler, de esos de renta antigua y se fueron allí a vivir.
Mi abuela durante mucho tiempo, yo diría que durante toda su vida ha seguido cosiendo para otras mujeres, las hacía vestidos y cobraba por ello, sin que mucha gente lo supiera porque era algo así como que el marido no era capaz él solo de mantener a la familia, mi abuela lo hacía, claro está, por la economía familiar pero a mi abuelo no le hacía gracia que se comentara delante de la gente.
Mi abuela no ha salido de su ciudad nunca, algún año después de nacer nosotros, mis hermanos y yo, se vino de vacaciones en verano durante unos días a la playa pero nada más.
Nunca ha cogido un avión, ni ha salido de España por supuesto.
Luego está la segunda generación de la foto, mi madre.
Mi madre sí estudió, no hizo ninguna carrera universitaria pero sí el bachiller antiguo y luego cuando terminó se puso a trabajar de secretaria que según ella es lo que más le gustaba. Salía del trabajo a las 5 de la tarde y se iba también a dar una vuelta por ahí.
Luego, en uno de los bailes de entonces, conoció a mi padre y tras algo más de 3 años de novios, se casaron.
Fue entonces cuando mi madre tuvo que dejar de trabajar también.
Hablando del tema con ella siempre me ha dicho que dejó de trabajar porque entonces era así, si no el hombre se sentía mal, mi padre fue el que, entre comillas, la obligó a dejarlo, su jefe estaba contento con ella y la ofreció seguir trabajando durante menos horas pero ella prefirió dejarlo, también es cierto que mi padre estaba más o menos bien situado en una empresa de muebles que les permitió comprar un piso pequeño para poder independizarse.
Mi madre nos tuvo a los tres hermanos y se dedicó enteramente a nosotros.
Pudimos irnos de vacaciones todos los veranos a la playa y mis padres también se hicieron algún viajecito que otro fuera de España, aún ahora siguen haciéndolo cuando pueden.
La diferencia de vida entre mi abuela y mi madre ha sido grande en cuestión de que mi madre ha salido más y creo que ha trabajado menos, mi madre sólo se ocupó de nosotros, que ya es bastante y mi abuela se ocupó de sus hijos y tuvo que coser en casa para poder ganar un dinero extra y ayudar así a la economía familiar.
Luego vengo yo, la tercera generación de la foto.
Yo empecé a trabajar con 20 años y gracias a eso me saqué unos estudios y pude empezar a viajar, dentro y fuera de España, algo que siempre me ha encantado y que ahora lo tengo un poco en espera de que mis hijas crezcan para volver a retomarlo.
Ahora las salidas son distintas, con niños es todo más tranquilo, pero cuando ellas puedan seguirnos saldremos a patear sitios que es lo que más nos gusta a su padre y a mí.
Toda esta vista atrás viene porque muchas veces pienso en la evolución de la mujer a lo largo del tiempo.
Yo, trabajo fuera de casa, como el 90% de las féminas de ahora.
Lo de la conciliación laboral y familiar me parece simplemente una utopía.
Echando la vista atrás en estas generaciones anteriores ahora, en estos tiempos que corren donde la mujer va haciendo auténticos logros en su libertad personal, muchas veces me pregunto hasta qué punto hemos ganado con la transformación.
Soy una defensora total de esta libertad personal pero muchas veces me pregunto si definitivamente hemos ganado con el cambio.
Supongo que a las mujeres que no tienen hijos sí las compensa totalmente esa libertad, claro que sí, pero a las que si tenemos seguro que aunque estemos de acuerdo luego la práctica no es tan bonita.
Es más, en lo que a mí respecta puedo decir que luego, la práctica, es muy muy cansada.
Aunque también tengo que decir que mis años de estudio me merecen la pena, a nivel laboral ahora, y que estoy encantada con poder salir todos los días a trabajar y cambiar el chip de mamá de la casa.
Y luego me quedé mirando la foto y pensé... qué vida tendrán mis hijas cuando sean mayores...
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11 comentarios:

On 26 de marzo de 2009, 9:55 , Anónimo dijo...

Una historia realmente bonita, conmovedora real y repetitiva, pues eso se repite en mi familia, y en la de ella, y en la de aquella.
Estoy a favor completamente de las igualdades y las libertades, pero tengo muy claro que en la mayoría de los casos, y en el mío propio, no existe la libertad de elegir.
Yo no puedo elegir dejar de trabajar y dedicarme a cuidar a mis hijos, porque no me lo puedo permitir económicamente.
Quizás podría adaptarme y vivir con menos, cosa que dudo, si como ama de casa y madre tuviese una compensación económica, aunque no fuese equiparable a mi sueldo actual.
Entonces yo tendría la libertad de elegir, pero hoy no la tengo.
Nuestras generaciones lo tenían más claro; o era el marido quien pedía que ella se quedase en casa o era algo de mutuo acuerdo.
Creo que hemos avanzado en muchos temas pero nos queda un abismo hasta poder decir que es posible conciliar la vida laboral con la familiar.
Un beso, ananda.

 
On 26 de marzo de 2009, 9:56 , Anónimo dijo...

Quise decir que nuestras generaciones anteriores lo tenían más claro.
No se pueden hacer varias cosas a la vez, aún siendo mujer, jajaja.

 
On 26 de marzo de 2009, 11:07 , Goriot dijo...

Anandita, de verdad, me ha encantado tu reflexión escrita en un relato.
Entre la vida moderna del trabajo laboral de las mujeres, te acercas a mi opinión: ¿Merece la pena que trabajen las mujeres para aumentar la economía de la casa, o no trabajar y aumentar la felicidad, tranquilidad y desahogo?
Un besino.
Goriot.

 
On 26 de marzo de 2009, 11:33 , Anónimo dijo...

Goriot sé que la pregunta no iba hacia mí, pero me siento tremendamente aludida.
No es cuestión de que merezca la pena y muchísimo menos aumentar la economía de la casa!!!!!
Es que en muchísimos casos se necesitan los dos sueldos para vivir!
No es cuestión de tener más, es cuestión de sobrevivir. Por eso decía yo que no hay libertad para elegir.

 
On 26 de marzo de 2009, 12:51 , Anónimo dijo...

De acuerdo totalmente con Belkis, no hay posibilidad de elegir "en este mundo de capitalismo" porque como os cuento en mi post por ejemplo mis abuelos, se casaron y se fueron a vivir con sus padres.
Yo soy la primera que quiero vivir bien y la verdad es que pienso que nos hemos vuelto muy exigentes con las cosas y queremos más y más y a lo mejor antes no tenían ni la mitad de las cosas que tenemos ahora.
Pero también es cierto, como dice Belkis,que la vida ha subido "un huevo", con perdón y que antes en la época de mis padres con un sueldo comprabas un piso y ahora no lo compras casi ni con los dos sueldos.
Goriot, la reflexión que haces no lo pienso así totalmente, es cierto que antes con la mujer en casa en el tema de los niños todo era más fácil, si estaban malitos no había problema se quedaban en casa y ya está, y empezaban el cole con 6 años, ahora tienen que empezar con 4 meses y efectivamente eso no es bueno pero es que el sacrificio antes y ahora también casi siempre es para las mujeres, antes sacrificaban su trabajo fuera de casa y ahora en cierto modo sacrifican a sus hijos, por supuesto que los padres también tienen que apechugar con la casa ahora pero creo que el mayor peso lo seguimos llevando las mujeres, y yo no me puedo quejar, que conste... pero a tu pregunta yo particularmente te digo que sí, a mí me merece la pena trabajar para no pasarme el día entre fogones, dodotis y niños, me ayuda a tener mi vida propia aparte.
Además también el hombre puede sacrificarse y quedarse en casa ¿no? ¿o sólo pueden hacerlo las mujeres?

 
On 27 de marzo de 2009, 1:20 , Profe Camino dijo...

Ni por un momento pongo en duda que la situación de la mujer ha mejorado considerablemente con respecto a generaciones anteriores. La independencia económica ha hecho posible, en gran medida también, una independencia de pensamiento y una libertad que antes no tenía, pero quisiera centrarme en la ternura que he percibido cuando hablas de tu abuela, Ananda, y que otras veces has dejado ver. ¡Qué maravillosa mujer! No es de extrañar que tenga una nieta como tú. Un beso grande.

 
On 27 de marzo de 2009, 7:18 , Anónimo dijo...

Esti, yo tampoco lo dudo, simplemente era un pensamiento de que efectivamente, hemos mejorado muchísimos con respecto a anteriormente porque como cuento de mi abuela ella también trabajó en casa doblemente, hijos y costura y encima no estaba ni reconocido este segundo trabajo.
Ahora por lo menos se nos reconocen ambos, casa y trabajo, además de que los hombre, salvo algunos casos, también trabajan en las taréas domésticas, que no quiero quitar mérito a nadie eh!
Por mi abuela siento adoración, ha sido una gran persona, gracias por tus palabras, ojalá tuviera yo el corazón que tiene ella!!!
Un besazo.

 
On 28 de marzo de 2009, 9:42 , mirola dijo...

Entrañable reflexión sobre las distintas generaciones femenínas de tu familia. Es verdad que sin que te des cuenta como un capítulo aparte está dedicado a tu abuela. Estoy de acuerdo contigo en todo y con las demás chicas. La pregunta de Gorriot creo que la contestación es que si merece la pena por todo lo que le habeis argumentando.
Yo de la frasecita de la liberación de la mujer, en muchos casos me rio, sobre todo cuando te ha tocado un tarugo de marido que piensa que hay tareas domésticas excluivamente femeninas.
Voy a contar algof, que no se si viene a cuento:
Cuando estuve casada, mi marido y yo solo trabajaba en casa, me ayudaba en casi todo. Porque lo sentía y salía de él, nadie le forzaba. Pienso que es una cuestión cultural y a él le ensañaron a ser así, además de ser un hombre que vivió muchos años solo.
Tu hijas tendrán esa clase de compañeros porque hoy en día las que tenemos hijos mayores intentamos educarlos en la igualdad.
Mi teclado va mal. Te pondría millones de cosas, pero para escribir cualquier cosa te eternizas.
Un beso, feliz finde

 
On 28 de marzo de 2009, 9:43 , Mirola dijo...

Quise decir HIJOS VARONES.

 
On 29 de marzo de 2009, 20:09 , Fantasma de la Opera dijo...

Me ha hecho mucha gracia cuando cuentas cómo tu abuela conoció a tu abuelo: ¡se casó con él por pesado, a pesar de que era un gruñón...! jiu, jiu, jiu... Estas partes de la historia genealógica me despiertan un dulce y entrañable eco...

No voy a entrar en el debate de si los derechos de la mujer, de si la igualdad, de si la conciliación de la vida laboral con la familiar, de si basta con un sueldo o con dos...

Una de mis hermanas alza los puños: "la mujer, al poder, la mujer, al poder..." Y yo miro con sorna y una ceja levantada, y ella me arrea un sopapo...

 
On 1 de abril de 2009, 12:08 , Ananda dijo...

Gracias Mirola, Arturo, el tema de la liberación de la mujer es complicado, hemos ganado mucho eso no cabe duda pero también hemos perdido algo, aunque los beneficios superan a los inconvenientes, eso seguro.
Un beso a los dos.